Prueba 2005 Revista Autoventura

SANTANA ANIBAL 2005. MEJORANDO LO PRESENTE




Tras cerca de año y medio efectivo en el mercado, el Aníbal recibe una pequeña puesta al día que afecta a detalles tanto exteriores como interiores, adoptando algunas soluciones heredadas del modelo militar. Francisco Díaz

Manteniendo invariado el esquema técnico, el Aníbal 2005 ha sufrido algunos cambios que mejoran tanto el rendimiento como el atractivo de este particular TT de desarrollo y fabricación puramente nacional. Exteriormente las diferencias son apreciables a simple vista. El primitivo paragolpes delantero, con un diseño un tanto discutible, ha dejado paso a un robusto tubo redondeado, solución heredada del modelo militar. Deja así una buena base para instalar cualquier tipo de defensa o accesorios como un cabestrante eléctrico. Desaparecen también los dos pequeños faros auxiliares que se integraban en el paragolpes. En la vista lateral observamos que ya no están las estriberas, y es que teniendo en cuenta que resultan prácticas para subir al vehículo pero molestas en conducción TT por la reducción del ángulo ventral, se ha optado por que sean opcionales. Si seguimos con las modificaciones visibles desde el exterior también comprobamos que en la parte trasera se han producido algunas variaciones inspiradas de nuevo en el modelo militar.





El prominente paragolpes trasero en el que se integraban los pilotos desaparece por completo, y éstos pasan a integrarse en los laterales de la carrocería, además totalmente encastrados, lo que evita romperlos con facilidad. Este aspecto era uno de los más criticados en la primera versión del Aníbal, aunque en su configuración actual no estaría de más la inclusión de al menos unos topes de goma que salvaguardasen el final de la carrocería y las luces de la matrícula. Con esta modificación el ángulo de salida mejora algunos grados.
En el interior también encontramos algunos cambios menores. Los paneles de las puertas siguen estando realizados con una sola pieza plástica, pero ahora cuenta con un nuevo diseño. También se ha cambiado la tapicería de los asientos y las salidas de aire del salpicadero cuentan con un nuevo diseño circular más actual que las antiguas heredadas del Samurai.

Por lo demás el esquema técnico es el mismo: un robusto chasis de largueros y travesaños al que se atornilla la carrocería, suspensión por medio de ejes rígidos con ballestas, tracción habitualmente trasera con la delantera conectable y una auténtica reductora, y un propulsor Iveco de 2,8 litros y 125 CV que es capaz de mover con soltura las dos toneladas largas de peso del vehículo jienense, lanzándolo a velocidades cercanas a los 150 km/h.





Pero si en carretera se defiende honestamente, el terreno natural de este vehículo se sitúa fuera de ella. Es en campo donde cuenta con argumentos suficientes para convertirse en un insustituible aliado. Sus cortos desarrollos, la considerable altura libre, los razonables ángulos, un motor con buenos bajos y unos recorridos libres de rueda suficientes permiten afrontar todo tipo de obstáculos con extremada facilidad. En el conjunto sólo desentona el elevado radio de giro, que resta maniobrabilidad, y un cambio de tacto demasiado tosco.

La gama se ha ampliado con la aparición del modelo Pickup. En cuanto a los colores, sigue comercializándose en los cuatro tonos iniciales: blanco, azul, verde y arena, aunque para principios del año próximo se espera la aparición de una nueva y más completa gama de colores.

Pero quizá muchos aficionados se pregunten si habrá o no un Aníbal corto. La firma de Linares no permanece sorda a las peticiones que sobre esta posible versión llueven desde diferentes sectores, y si bien no hay ningún problema técnico para desarrollarla, e incluso es posible que ya circule algún prototipo, el principal escollo para el lanzamiento de esta versión podría ser el económico, ya que se estima que su precio de venta no podría ser demasiado inferior que el del actual modelo de cinco puertas. El tiempo resolverá el enigma.







FUENTE: WWW.4X4MFOROS.COM